¿Cuanto debe fracasar alguien para sentir la culpa necesaria que le obligue a cambiar de hábitos?
¿Cuan bajo se debe caer para sentirse realmente avergonzado y dejar de actuar con incompetencia frente a las obligaciones del día a día?
¿Qué clase de frustración es la que motiva hacer las cosas con la dedicación que merecen?
Y por último, ¿cómo salgo del profundo agujero en el que estoy atrapado por mi propia incompetencia?
Lamentarse aquí o en otro lado es inútil. Pero ya no siento tanta indiferencia por mis estupideces y me empiezo a sentir realmente molesto.
No me siento triste, pero quisiera estarlo porque lo merezco.
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